Tel: 55 5564 73 10

Un salto a la naturaleza

El tiburón blanco
Publicado el 30 de Octubre 2020

Un salto a la naturaleza

Un salto a la naturaleza

 

Cuando los tiburones atacan

Es extraordinario cuando un tiburon se acerca a un humano para atacarlo, la mayor parte del miedo que tenemos a esta especie, mucho se lo debemos al cine, sin embargo, no podemos negar que estas historias han sido inspiradas por acontecimientos reales.

Esta nota plantea enseñar la taxonomía de esta expecie, el porqué y los casos señalados en el mundo sobre los ataques de estos animales.

Los poderosos depredadores del océano, con sus cuerpos esbeltos y musculosos, atemorizan a los peces más pequeños, y muchas veces, a los humanos. Ante la información provista por medios locales y nacionales acerca de una gran cantidad de casos de ataques de tiburones a personas, nos preguntemos por qué “han aumentado” estos incidentes.

Aunque la tendencia general a largo plazo muestra un número de ataques de tiburones cada vez mayor, lo cierto es que el número ha disminuido en los últimos años. Sin embargo, existe una diferencia notable en el número de incidentes ocurridos recientemente en la costa atlántica de los Estados Unidos en comparación con los incidentes en el Pacífico. 

¿Ataques al alza?

La mayoría de los ataques de tiburones informados son lo que los expertos consideran “no provocados”, lo que significa que un tiburón aparentemente muerde a una persona sin razón alguna, según el International Shark Attack File (ISAF), encargado de recopilar datos mundiales de ataques de tiburones. Por el contrario, un ataque “provocado” es consecuencia de actividades humanas, como agarrar o acosar a un tiburón, o quitarlo de una línea de pesca.

ISAF se enfoca en el número de ataques no provocados, e informa que, en las últimas décadas, la tendencia general ha aumentado en todo el mundo. La razón principal, según los científicos, es el turismo. La población humana está aumentando, y hay cada vez más personas que visitan las playas y realizan actividades acuáticas.

“Es simple: si cada vez se meten más personas al agua, más ataques habrá”, afirmó Gavin Naylor, director de ISAF.

Bowling sugiere que la sensación popular de que existe un aumento en los ataques de tiburones puede deberse más al sesgo de las noticias y a la constante repetición de las noticias que a la cantidad real de ataques.

¿Los tiburones atacan más en el Atlántico que en el Pacífico?

En 2018, Estados Unidos tuvo el mayor número de ataques de tiburones, según la ISAF. Dentro de los Estados Unidos continentales, ocurrieron más incidentes de ataques de tiburones a personas en el Océano Atlántico: solo 

se registraron cuatro ataques en el Pacífico (tres de Hawai) en comparación con 27 en el Atlántico.

En el Pacífico, se informaron casos de ataques cuyos protagonistas fueron las especies de tiburones más grandes (tiburones blancos, tigre y toro). En Hawái, los ataques de tiburones tigre son los más comunes, mientras que en California, proliferan los tiburones blancos (también conocidos como tiburón de punta blanca) . A nivel mundial, estas especies están involucradas en la mayoría de los ataques fatales, lo que contribuye a su reputación negativa en los medios de comunicación. Estas especies tienden a ser territoriales y si atacan a personas, pueden estar advirtiéndoles: salgan de mi espacio.

Las especies de tiburones más pequeñas se suman a la lista de ataques del Océano Atlántico. Las corrientes en el Océano Atlántico, como la Corriente del Golfo, empujan el agua más cálida hacia la costa, y al hacerlo, transportan los peces carnada. Estos peces atraen hacia la costa a especies como los tiburones de punta negra.

La temperatura del agua también puede afectar la distribución de los incidentes. Catherine Macdonald, 

experta en tiburones y directora  de la Field School en las Bahamas, 

sostiene que en las aguas más cálidas ocurren más ataques porque las personas pasan más tiempo jugando o nadando en esas aguas, lo que aumenta las posibilidades de toparse con un tiburón. En general, “hay una correlación dada entre el número de personas en el agua y el tiempo que pasan en el agua, y la posibilidad de que se encuentren con tiburones o con cualquier otra clase de fauna marina”.

La mayoría de las víctimas de los ataques son nadadores o surfistas. Eso también explica por qué la mayoría de los incidentes ocurren en los meses cálidos, porque es cuando hay una mayor cantidad de personas realizando esas actividades.

Aun así, en los últimos años, la cantidad de ataques de tiburones, especialmente ataques fatales, ha ido disminuyendo. Se informaron solo 66 ataques no provocados en 2018, contra un máximo de 98 en 2015. Naylor señala que la disminución de la población de 

tiburones de punta negra en la costa de Florida puede explicar este número inferior.

¿Carnada para tiburones?

Según los expertos, los tiburones no atacan a las personas por comida.

Pero pueden confundirse. Si están persiguiendo a peces más pequeños, y hay una persona de pie o nadando cerca del grupo, un

tiburón confundido podría morder la carne humana. Así y todo, Naylor lo pone en perspectiva, y afirma que las probabilidades de un ataque de tiburón son “ínfimas”.

Bowling indica que, durante un encuentro, el tiburón suele estar tan asustado como el humano, pues no está acostumbrado a un ser humano en su entorno.

Macdonald afirma que los ataques de tiburones suelen ser muy poco frecuentes para los animales, basándose en su experiencia al observarlos para sus investigaciones científicas. Acerca de un incidente mortal que ocurrió hace poco, declaró que “no existe una explicación conductual coherente para lo que pasó en las Bahamas”.

¿Cómo pueden las personas que se dirigen a la playa este fin de semana estar a salvo?

El Archivo Internacional de Ataques de Tiburón ha señalado que, en base a sus datos del año 2000, tenemos un 1 en 11,5 millones de posibilidades de ser mordido por un tiburón.

En primer lugar, me pregunto: “¿Qué tiempo hace?” porque nadar mientras está nublado o hay tormenta no es una buena idea. Las tormentas entrantes pueden causar cambios en la marea. Se recomienda que los bañistas permanezcan fuera del agua durante 24 horas después de una tormenta, no sólo [hasta] a la mañana siguiente.

En segundo lugar, “¿Qué hora del día y las condiciones del medio ambiente?” Todos sabemos que hay que evitar nadar al amanecer y al atardecer, y cuando el agua está turbia.

La cuestión no es la profundidad del agua. De hecho, la caída de los arrecifes son un gran lugar para los tiburones donde pasan el rato.

Además, las personas no deben entrar en el agua con joyería o metal brillante, ya que puede parecer una cosa demasiado curiosa para los tiburones. Por último, trate de no excederse salpicando alrededor.

Por último, la información sobre el clima y el comportamiento de los tiburones puede ayudar. Algunos excelentes investigaciones de Australia Occidental y Ciudad del Cabo sugiere que los grandes tiburones blancos llegan a la orilla con mayor frecuencia cuando la temperatura del agua está entre 64 y 68 Fº. 

No hay “riesgo cero” al entrar en el océano. Es un ecosistema dinámico y la cuestión en torno a las mordeduras de tiburones generalmente se relaciona con lo que estaba pasando antes de que entremos en el agua

Ciudad del Cabo es un lugar ideal para este tipo de redes, ya que es una playa de poca energía, lo que significa que las olas no son tan fuertes, por lo que la red va a quedarse. No hay demasiada

algas o algas para tirar de las redes de baja.

El año pasado, Australia Occidental anunció que permitiría la matanza de tiburones si se ven cerca de nadadores. ¿Qué se cree que pasará?

Es importante tener en cuenta que en Australia Occidental no ha muerto en realidad ningún tiburón. Una vez dicho esto, la política de caza de tiburones preventiva del Gobierno de Australia Occidental es, en mi opinión, la menos científica, abraza la imagen más al estilo de Hollywood, y envía el peor mensaje. Ningún otro país en el mundo tiene una política similar.

El temido tiburón blanco

Quizá ningún animal suscita en los humanos un pánico tan primario como el tiburón blanco. De todos modos, los científicos aseguran que las personas suponemos más una amenaza para ellos que ellos para nosotros.

Los tiburones blancos no viven en grupo, ni tampoco son seres puramente solitarios. En ocasiones se congregan donde hay alimento.

Un tiburón blanco avanza como un torpedo en las islas Neptune. Los científicos identifican a estos individuos por las aletas dorsales, por las cicatrices y por la línea irregular que separa la zona dorsal gris de la ventral blanca.

Los tiburones suelen atacar con cautela, al parecer por temor a que las uñas de las focas los lesionen. 

A menudo muerden y retroceden para que la presa muera desangrada.

Encontrarse con un tiburón blanco en su medio natural no es como cabría esperar. A primera vista no es la bestia malévola que muestran los documentales. Es corpulento, casi podría decirse que gordo. Su fofa papada y sus flácidos carrillos tiemblan cuando abre la boca, y, al hacerlo, luce una suerte de sonrisa. Visto de lado, este gran depredador es poco más que un bobalicón con la boca medio abierta.

Pero cuando ese bufón submarino se gira para mirarte, entiendes por qué es uno de los animales más temidos de la Tierra. De frente, su cabeza ya no es blanda y laxa, sino que se va es­trechando hasta formar una punta de flecha que dibuja una V siniestra desde sus dos ojos negros. La sonrisa de pasmado desaparece, y lo único que ves son hileras de dientes de cinco centímetros capaces de morder con una fuerza de casi dos toneladas. Poco a poco se te acerca con seguridad. Gira la cabeza, primero a un lado y luego al otro, mientras te evalúa y decide si mereces la pena. Si tienes suerte, se da media vuelta y se desliza perezosamente hacia la oscuridad.

El gran tiburón blanco es el pez icónico del océano, aunque sabemos muy poco de él, y gran parte de lo que creemos saber sencillamente no es verdad. Los tiburones blancos no son cazadores despiadados (sus ataques son más bien cautelosos), ni siempre son solitarios, y tal vez sean más inteligentes de lo que creían los expertos.

No sabemos con certeza cuánto tiempo viven, durante cuántos meses gestan ni cuándo alcanzan la madurez. Nadie los ha visto aparearse ni parir. Ignoramos cuántos ejemplares hay y dónde pasan la mayor parte de su vida.

El tiburón blanco aparece y desaparece cuando quiere, haciendo que sea prácticamente imposible seguirlo en las profundidades marinas. Se niega a vivir tras un cristal; algunos ejemplares en cautividad han muerto de hambre deliberadamente   o se golpeaban la cabeza contra las paredes.

Y sin embargo es posible que los científicos estén a punto de resolver dos de los misterios más frustrantes sobre esta especie: cuántos hay y adónde van. Resolver estas incógnitas podría ser vital para decidir cómo protegernos de ellos y cómo protegerlos a ellos de nosotros.


DICLAB
Distribuidores de Instrumentos para uso Científico y Materiales para Laboratorio, A.C.
Zacatecas 206 Despachos 400, 401 y 402
Colonia Roma, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06700, CDMX
(55) 5564 73 10
(55) 5574 02 79
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.