Tel: 55 5564 73 10
  • Inicio
  • Noticias
  • Avisos
  • La sequía que abrasa México, una tragedia predecible y devastadora

La sequía que abrasa México, una tragedia predecible y devastadora

Hablemos de
Publicado el 18 de Mayo 2021

La sequía que abrasa México, una tragedia predecible y devastadora

La falta de lluvias, la transformación del suelo y la mala gestión del agua condenan al país a repetir la agonía de temporadas extremadamente secas cada década con sus consecuencias sociales y económicas.

La sequía que azota México es un fenómeno recurrente que con cada visita deja una estela de emergencias y daños. El 84% del territorio sufre sequía en diferentes intensidades, agravada por la falta de lluvias de los últimos meses, según se desprende del Monitor, el organismo de Conagua que la vigila. Pese a que estaba previsto y la evolución histórica del clima en el país lo contemplaba, la sequía sorprendió a Ermenegildo Martínez, un pescador de Veracruz que ha visto como en los últimos ocho meses la laguna donde pescaba se ha secado. “Medía 13 metros de profundidad y ahora apenas le quedan 10 centímetros, en menos de una semana la habremos perdido del todo”, describe. A 1.300 kilómetros de allí, en Sinaloa, el agricultor Gumaro López se contagia del pesar del pescador. Al igual que Martínez tendrá pérdidas en su producción y alerta de que subirán los precios. Ya pasó en 2011 y 1996, los otros dos episodios de sequía extrema que golpearon a México y de los que, ha quedado claro, no se ha aprendido lo suficiente. 

 

La localización y su clima hacen a México especialmente vulnerable de tener épocas de escasez de lluvias y épocas húmedas. Sobrevivir a la temporada seca depende de la cantidad de agua que consiga acumular los meses que llueve. Durante 2020, las precipitaciones no consiguieron abastecer del todo al conjunto de presas del sistema y ahora, en consecuencia, de las 210 presas más importantes de México, más de la mitad están por debajo del 50% de su capacidad. Además, 61 de ellas están en estado crítico con menos de un 25% de agua, especialmente en el norte y centro del país. 

 

Pese a que la históricamente seca región mexicana está acostumbrada a sufrir las sequías extremas —el 60% del territorio— en Veracruz este año el fenómeno también ha dejado escenarios terroríficos. Ermenegildo Martínez lleva más de 20 años siendo pescador y solía trabajar en la laguna del Farallón, una reserva de agua dulce que alimentaba a 200 familias que vivían de la pesca. Hace ocho meses comenzaron a notar que el descenso del nivel del agua era cada vez más acentuado hasta que ni siquiera quedó lo suficiente como para cubrir las rodillas de los pescadores. “La sequía está muy fuerte, y se le suma que a la laguna le saqueaban el agua para el uso de los ganaderos y el riego de los ranchos de la zona”, lamenta Martínez, quien antaño conseguía sacar cinco kilos de mojarra que le dejaba 250 pesos al día.

 

Martínez había visto descender el nivel de la laguna en otras ocasiones, especialmente en las “temporadas de secas” que ocurren de septiembre a mayo. La última gran sequía del 2011 provocó una hambruna y una emergencia humanitaria en el Estado de Chihuahua. Entonces, el 95% del país estaba afectado por el fenómeno y casi un cuarto del territorio padecía el más alto nivel: sequía excepcional. Los números más recientes se acercan peligrosamente con un 83,9% de México en sequía.

 

Benjamín Martínez López, investigador del Centro de la Atmósfera de la UNAM, explica que lo mucho que llueve o deja de llover así como la duración de las sequías, depende de un complejo sistema atmosférico y la relación entre el fenómeno del Niño y la Niña. Cuando el agua que superficial del Pacífico oriental —la que envuelve las costas de México— se enfría no hay lluvias en el continente, como ocurre ahora mismo. Este fenómeno se conoce como Niña. Tendremos que esperar a que las masas de agua caliente de Indonesia se desplacen hasta llegar al otro lado del océano, calienten la superficie de las costas y con el agua evaporada se formen las lluvias y los huracanes. “Ahora mismo la Niña está remitiendo y en las próximas semanas la superficie del agua se calentará y empezará a llover”, detalla.

 

Este fenómeno cíclico condiciona en el calendario cuándo llegarán las temporadas húmedas y secas y cuánto durarán. López añade que dentro de estas variaciones hay tendencias de épocas menos lluviosas o más secas que pueden durar hasta 15 años, y que, pese a las sequías que sufre México, ahora las lluvias de media van al alza en comparación a hace 20 años. En 1996, la peor de las sequías registradas provocó incalculables pérdidas en los cultivos, hasta el punto que se paralizaron las exportaciones y los ganaderos malvendieron su ganado para que no falleciera de hambre. Desde entonces, la cantidad de agua que ha llovido ha ido en aumento. “El cambio climático está propiciando que se generen más Niñas, lo que se traduce en más huracanes y más lluvias en la región”, puntualiza. Por lo tanto, el agua que llueve sobre México debería ser suficiente, el problema está en otros factores.

 

En el norte de México, la tragedia se repite. Gumaro López Cuadras cultiva maíz y frijol desde hace 40 años en el valle del Évora, en el centro del Estado de Sinaloa. Cuando se notificó que los niveles de las presas habían bajado drásticamente, llegando de media al 18,23% de su capacidad el pasado 15 de abril, implantó un sistema de riego que reduce el flujo de agua que le lleva a su campo a la mitad para al menos rescatar su cosecha de legumbres, un producto que crece bien sin humedad. “Ojalá que llueva porque la estamos batallando”, expresa. “Los cultivos de baja demanda de agua no son rentables para el agricultor, pero solo para no dejar las parcelas sin siembra las plantamos”, añade López.

 

Los ganaderos también son víctimas directas de la sequía. Joaquín Arizpe, presidente de la Unión Ganadera Regional de Coahuila, narra que ya se han notificado muertes de vacas por hambruna, como ocurrió en 1996 y 2011. Cuando no llueve, los ganaderos no pueden plantar follaje para alimentar a sus vacas y deben sustituir su dieta con un suplemento de proteínas. También deben hacerlas caminar más kilómetros para llegar a los arroyos o directamente subirlas a camiones para llevarlas a beber. Con las presas casi vacías, los costos aumentan, y en los peores casos las reces acaban muriendo por inanición.

 

La falta de investigación para poder desarrollar tecnología y planes de prevención que eviten la falta de agua en las presas es una de las principales razones por las que México vive condenada a repetir su historia, según el investigador Martínez López. “Es fundamental entender cómo funciona nuestro sistema de agua para simular escenarios y prepáranos en caso de una época seca”, subraya. Para López, el agua que llueve en México debería ser suficiente si se almacenara bien para evitar pérdidas en las deterioradas infraestructuras. También si se distinguiera entre aguas grises y negras, para depurar las primeras y reintroducirlas en el ciclo para uso agrícola. “La ciencia es una inversión, pero acaba pagando y lo devuelve a la sociedad”, sentencia.

 

Sequía generalizada en México

México está viviendo una de las sequías más generalizadas e intensas en décadas. Al 15 de abril de 2021, casi el 85 por ciento del país enfrenta condiciones de sequía. Grandes presas en todo México se encuentran en niveles excepcionalmente bajos, lo que agota los recursos hídricos para beber, cultivar y regar. La alcalde de la Ciudad de México la calificó como la peor sequía en 30 años para la ciudad, que alberga a unos 9 millones de personas.

Las imágenes de arriba, adquiridas por el Generador operacional de imágenes de tierra (OLI, por sus siglas en inglés) en Landsat 8, muestran uno de los principales suministros de agua a la Ciudad de México, la presa Villa Victoria. La primera imagen muestra la presa el 30 de marzo de 2021, la mejor pasada reciente de Landsat sin nubes. La segunda imagen muestra niveles más típicos, el 27 de marzo de 2020. Las imágenes más recientes, aunque más nubladas, muestran que los niveles de agua han seguido disminuyendo. Villa Victoria está a aproximadamente un tercio de su capacidad normal.

Cerca de 60 presas grandes, principalmente en el norte y centro de México, están por debajo del 25 por ciento de su capacidad. Debido al bajo suministro, los administradores gubernamentales han reducido el flujo de agua desde los embalses. Algunos habitantes se han quedado sin agua corriente. 

El siguiente mapa resalta aún más los efectos de la sequía al mostrar dónde la vegetación está estresada debido a la falta de agua, o datos sobre el Índice de Estrés Evaporativo (ESI, por sus siglas en inglés). El ESI incorpora observaciones de las temperaturas de la superficie terrestre de los satélites de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y observaciones del índice de área foliar del Espectrorradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS, por sus siglas en inglés) en los satélites Aqua y Terra de la NASA.

Las observaciones se utilizan para estimar la evapotranspiración, o cuánta agua se evapora de la superficie terrestre y de las hojas de las plantas. Con base en las variaciones en las temperaturas de la superficie terrestre, el ESI indica cómo la tasa actual de evapotranspiración -promediada durante 12 semanas desde principios de febrero hasta el 30 de abril en este mapa- se compara con las condiciones normales. Los valores negativos están por debajo de las tasas normales y señalan plantas que están estresadas debido a la humedad inadecuada del suelo.

Según el Servicio Meteorológico Nacional de México, el noroeste y el noreste han pasado recientemente de una sequía severa a una extrema. Los analistas agrícolas proyectan que algunos cultivos sufrirán, como el maíz blanco en Sinaloa (el mayor productor de maíz de México).

Desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 18 de abril de 2021 (durante la temporada seca), el servicio meteorológico informó que el país tuvo alrededor de un 20 por ciento menos de precipitaciones de lo normal. Varias áreas en el este, oeste y sureste de México también alcanzaron temperaturas superiores a 35 °C (95 °F).

Los meses húmedos de 2020 también recibieron precipitaciones escasas, en parte debido al reciente evento de La Niña. El agua inusualmente fría en el Océano Pacífico del este inhibe la formación de nubes de lluvia y produce menos precipitaciones sobre México y el sur de los Estados Unidos.

México se está acercando a una de las peores sequías generalizadas registradas. En 2011, las condiciones de sequía abarcaron el 95 por ciento del país y provocaron hambrunas en el estado de Chihuahua. En 1996, el país vivió la peor sequía registrada y sufrió enormes pérdidas de cosechas.

A medida que La Niña disminuye, los meteorólogos esperan que el calentamiento de las aguas provoque la lluvia que tanto se necesita. La lluvia cayó recientemente en México, pero principalmente en estados con condiciones de sequía leve. El servicio meteorológico de México afirma que es posible que las lluvias no lleguen por completo hasta la temporada de lluvias en junio.

LA SEQUÍA EN MÉXICO: UN ASUNTO DE TODOS

Jaqueline García Hernández, investigadora de la Coordinación Guaymas del CIAD, compartió que, para mitigar los efectos de la sequía en la agricultura y ganadería, se pueden usar tecnologías de captura de agua de lluvia, que ayuden a que la poca agua pluvial se aproveche lo mejor posible.

“Una opción es el uso de bordes que retienen por más tiempo el agua de los arroyos, otra es el uso de arados especiales, como el tipo “Yeomans”, que almacenan una mayor cantidad de agua por un tiempo más prolongado, generando humedad para cultivos o pastos para el ganado”,

explicó la responsable del Laboratorio de Ciencias Ambientales del CIAD. Desde hace décadas se ha promovido una cultura de prácticas para el cuidado del agua en el hogar, que ahora más que nunca debemos tener presente. Esto es relevante sobre todo a nivel local, ya que un consumo moderado e inteligente del vital líquido garantiza una mejor distribución de este, lo que se traduce en un acto de justicia social, enfatizó el investigador del CIAD Mazatlán.

“Sin embargo, el mayor consumo de agua no es necesariamente el que se realiza para consumo en zonas urbanas o rurales, sino el que se destina a la producción de alimentos (agricultura, ganadería) y a la industria. En ese sentido, lo que debiéramos cambiar es nuestra forma de consumo, hacia un esquema más sostenible, que privilegie la producción de alimentos básicos, con técnicas agrícolas de bajo impacto y productos adaptados a las condiciones locales, y no aquellas que privilegien el desmonte de grandes extensiones de tierra para destinarse a la agricultura intensiva de productos con alta demanda de agua”, concluyó Ruiz Luna.

Por último, la investigadora del CIAD Guaymas coincidió en que es necesario que todos hagamos esfuerzos para conservar el agua, ya que es un recurso muy preciado y necesita valorarse en la sociedad. “El agua que se consume en las ciudades se colecta de ríos y cuencas que ya se encuentran estresadas, por lo que debemos disminuir nuestra huella hídrica para reducir esta presión.

De igual forma, agregó, es necesario hacer cambios en la agricultura extensiva porque el tipo de riego que se usa (por gravedad) ocasiona grandes pérdidas por evaporación y genera grandes volúmenes de agua contaminada con sedimentos, nutrientes y otros contaminantes químicos que afectan los ecosistemas de ríos y bahías, además de que generan desigualdad social, pues, contrario a lo que se piensa, un gran número de comunidades establecidas en valles agrícolas padecen inseguridad alimentaria, a pesar de las bondades naturales de su entorno. Por lo tanto, concluyó, es necesario mejorar las condiciones sociales en estas comunidades y remediar los impactos ambientales.


DICLAB
Distribuidores de Instrumentos para uso Científico y Materiales para Laboratorio, A.C.
Zacatecas 206 Despachos 400, 401 y 402
Colonia Roma, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06700, CDMX
(55) 5564 73 10
(55) 5574 02 79
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.